A principios de enero
en España nació un nuevo partido: el Partido X. Al centro de la
plataforma política del “Partido del futuro” hay muchas ideas,
difundidas en Occidente a lo largo de los ultimos años: no a la
representación, wikidemocracia, no a la violencia, democracia directa a
través de la red, contra las élites, etcétera.
Las únicas referencias, además de la Puerta del Sol y del 15M, son la estrategia de elaboración de las leyes como se hace en Porto Alegre (Brasil) desde 2003 y la deliberación participativa de la nueva Constitución en Islandia (2011). En suma, como sintetiza el eslogan del nuevo partido: democracia y punto,
la democracia y punto. Aunque sus ideas viajen en la Red, actualmente
no tienen cantidades significativas en las redes sociales: más o menos 11.000 fans en Facebook, y más de 17.000 seguidores en Twitter. El programa completo se articula en 4 puntos fundamentales que podéis leer aquí.
Manuel Castells, que apoyó el movimiento de Puerta del Sol desde su nacimiento, describe así el objetivo del Partido X.
Ha
surgido una iniciativa voluntaria para ocupar el único espacio donde el
movimiento está apenas presente: las instituciones. No se hará
inmediatamente, porque su tarea no es volverse en una minoría
parlamentaria sino cambiar cómo se
hace la política, a través de una democracia directa estructurada
gracias a Internet que propone referéndums sobre temas decisivos,
elaborando de manera colectiva las propuestas legislativas con consultas
y debates en el espacio público, urbano y virtual, sugiriendo medidas
reales que los ciudadanos discuten, y poniéndose como plataforma para
las propuestas de la sociedad.
El
sociólogo catalán sigue elogiando desde hace casi diez años esa
"autocomunicación de masa", analizando el impacto que puede tener en la
política. Ha seguido las movilizaciones en Europa, en Los Estados Unidos
y en África del norte. Y a menudo se ha convencido (en su último libro hay un entusiasmo tangible)
de que la estrategia para la transformación de la democracia se basa en
experiencias ejemplares, y la "desintermediación" de los ciudadanos a
través de teléfonos inteligentes, tabletas y Web como herramientas de
contrapoder .
El
partido X no es el M5S español. Ante todo por una razón fundamental: no
hay un Beppe Grillo. La cuestión del liderazgo es firme y radical: no
hay caras o voces que representan el partido. Idea parecida a aquel "uno
vale uno" del M5S, pero realizada al contrario. Ahora en España no se
ven las ambigüedades de Grillo que por un lado dice que en el movimiento
no hay líderes y que él solo es un portavoz, y por otro lado se define
“jefe político”.
Aún de
manera vigilada, el mismo Castells en una reciente entrevista vio
analogías entre Grillo y los movimientos españoles. «Me faltan
elementos para juzgar a Beppe Grillo - dijo el sociólogo -, pero es
evidente cómo su éxito electoral es una prueba de que todas las veces
que los ciudadanos tienen la posibilidad de irse del sistema actual, lo
hacen inmediatamente».
Otra
diferencia es la matriz cultural diferente de los dos movimientos.
Considerando la demagogia y el populismo, los miembros más antiguos del
M5S nacen en la actividad cívica relacionada al territorio y a problemas
locales (tutela de las costas, incineradoras, etc.). Un caso muy
significativo de todo esto es el origen de la mayoria de los miembros de
M5S, procedientes de Emilia-Romagna. De otro lado, la militancia nacida
en Puerta del Sol y en el 15M tiene una aspiración y una conciencia
mucho más extensa. Sin duda hay una crítica radical a las condiciones
horribles de España, pero el primer objetivo de los Indignados es
la crítica al capitalismo financiero. En España, muchos electores de
izquierda de ahora están escépticos con respecto del Partido X. «No creo che pueda obtener muchos votos» dice Marc Lopez, exdiputado catalán y director del blog colectivo progresista Agenda Publica. «Ahora hay un partido, Unión Progreso y Democracia (UPyD) que representa una buena cantidad del sentimiento superficial español, y lo podemos definir un partido populista».
Puede
ser, pero se decía la misma cosa por el M5S (“¿Quien creéis que lo
votará?”) y ahora se razona sobre cuántas decenas de diputados logrará
dar al Parlamento.
Vaya... a ver qué pasa con esta nueva realidad. Me gustaría saber lo que piensan los catalenes y los vascos, sobre todo. ¿Se sienten más representados?
ResponderEliminarHola, Bina.
EliminarAntes que nada gracias por tu comentario. No soy español, y no vivo esta realidad política cada día, pero después de una busqueda en la red he obtenido algunos enlaces interesantes para soluccionar tu pregunta.
Desdichadamente no logré encontrar nada que pudiera ser relevante a propósito de la opinión de los vascos.
http://www.publico.es/474387/partido-x-nuestro-modelo-no-es-el-de-beppe-grillo-pero-a-veces-nos-mandamos-mails
Aquí se habla del Partido desde el punto de vista de una fundadora, que hace comparaciones muy útiles con el M5S italiano.
http://es.paperblog.com/el-partido-x-red-ciudadana-en-catalunya-2136388/
Aquí se habla de la reacción al Partido por parte de los catalanes.
Concluyendo, me parece que los catalanes no se sientan representados, acusando el Partido de "ser el nuevo UpYD".
Ahora no sé si este punto de vista dependa de una desconfianza general en la política o si tenga en cuenta hechos específicos del Partido X. Y también no se si esta posición cambiará (quizás con un poco más de tiempo para que la gente se acostumbre) o se quedará negativa. Como has dicho, "a ver qué pasa con esta nueva realidad" ;)
Saludos,
Maroc